jueves, 12 de diciembre de 2013

Un elefante en la habitación

Quería preguntarle a mi hermano Ezequiel cómo es que había entrado aquel animal tan inmenso por la puerta de nuestro cuarto y por la puerta de la casa, pero él se adelantó y me contó que simplemente había aparecido. Y lo más raro es que era morado.

Teníamos miedo. Ezequiel pensaba que si no desaparecía el elefante de la habitación, papá y mamá se iban a molestar. Entonces, probamos con ocultarlo. Pensamos en pintarlo del mismo color que la pared de nuestro cuarto. Mientras pasábamos los finos pinceles en el enorme cuerpo del animal, nos dimos cuenta de que nunca acabaríamos. Además, a nuestro amigo morado le daban cosquillas los pelos de nuestros pinceles y así toda la casa comenzaba a temblar.

Aún nos quedaba la ventana. Si Mollerito- sí, Ezequiel ya le había puesto nombre al elefante- estaba en la habitación es porque de alguna forma había entrado y si nadie lo había hecho pasar, se debía haber metido por la ventana, como el novio de Carla, nuestra hermana. Empujamos y empujamos. Mollerito nos miraba triste por querer sacarlo a la fuerza, pero no podíamos hacer nada más. Su trompa logró salir y de pronto comenzó a crecer más el animal. Su cuerpo nos botó de nuestro propio cuarto. ¡Qué mala educación! Su madre no le había enseñado a respetar el hogar de otras personas.

Ezequiel dijo que cuando apareció no era tan grande y que con esfuerzo se le pudo haber sacado por la puerta. Entonces, se me ocurrió una idea. Contárselo a mamá, antes de que llegue papá. Mamá podía molestarse un poco al comienzo, pero luego nos ayudaría. Además, siempre encuentra soluciones para todo. 

Mi hermano no quería que le cuente a mamá, pero no le hice caso. Corrí hacia la cocina, mientras Ezequiel iba a esconderse por los muebles de la sala. “¡Mamá hay un elefante en la habitación”, le dije y me escondí desesperado al baño. Mamá subió las escaleras y entró al cuarto, pensando que ahí nos encontrábamos. “¡Vengan aquí niños!”, escuchamos. Cuando llegamos, Mollerito ya no estaba. Mamá dijo que ordenáramos nuestros juguetes.

1 comentario: